Sonnia Navas Gafter

3 de septiembre, 2021

Queridos lectores, después de pasar unos dí­as de playa con el clan familiar, decidí­ escribir sobre las relaciones de los padres con los hijos adultos. ¿Cuánto tiempo se deberí­a pasar con ellos? ¿Cuánta información personal se deberí­a compartir? ¿Qué batallas se deberí­an librar y cuándo serí­a mejor no participar?

Una buena relación con los hijos ya crecidos puede tener sus dificultades. Los padres podemos caer en la tentación de ofrecerles consejos que ellos no piden y los hijos adultos podrí­an mostrarse incómodos.

Los hijos adultos necesitan un tipo de intimidad diferente a la que tení­an cuando eran pequeños. Necesitan apoyo emocional para desenvolverse en la vida y que sus padres valoren la capacidad de sus hijos de resolver sus asuntos, aun si hay reveses o contratiempos en el camino.

1. Acate lí­mites respetuosos: Para los hijos proteger su privacidad es una parte esencial del proceso de desarrollar una identidad independiente, adquirir confianza en su capacidad de tomar decisiones y aprender a defenderse solos. Es necesario comprender que la necesidad de distanciarse es apropiada para esta fase de su vida.

2. Escuche más de lo que habla: Es mejor dialogar con los hijos y que ellos se encarguen de resolver sus dilemas, excepto si existe alguna conducta peligrosa, ahí­ toca abordarla frontalmente.

3. Participe en actividades que les guste hacer: Compartir con los hijos adultos requiere cierta creatividad; son de gran utilidad los deportes al aire libre, la música, el karaoke o cualquier actividad que los alegre.

4. Establezca reglas sobre cómo discrepar: Los encuentros con los hijos adultos nos pueden llevar a tener discrepancias; siempre será bueno recordar que podemos opinar diferente dentro de un marco de respeto.

5. Abra las puertas a la pareja de su hijo: A menos que observe un comportamiento de verdad perturbador, haga lo posible por aceptar a la persona que quiere su hijo.