Se divorció, lloró, ha seguido adelante sola y ahora ha decidido que quiere retomar y reconstruir su vida sentimental. ¿Cómo hacerlo sin afectar a sus hijos? ¿Cómo lograr una transición saludable para todos?
De acuerdo con la psicóloga clínica Sonnia Navas Gafter es esencial, dentro de lo posible, seguir un proceso ordenado tras la separación, pues el sistema familiar pasa por una reestructuración y todos deben tener el tiempo para adaptarse a la nueva dinámica. “Hay un miembro de la familia que ha salido del hogar y eso va a conllevar que los hijos hagan preguntas o tomen acciones de acuerdo con la edad. Los niños pequeños pueden experimentar lo que se llama angustia de separaciónâ€, explica.
“Y cuando se trata de preadolescentes es inclusive más complejo porque sienten abandono, temor y en ocasiones aparecen reacciones de rebeldía, de cuestionamiento hacia los padres, pero todos esos sentimientos son naturales e inclusive beneficiosos porque es preferible que salgan a la luz en esa primera fase posrupturaâ€.
Una vez superada esa primera fase, hay que asegurarse de que la nueva relación ha alcanzado suficiente estabilidad y realmente funciona antes de anunciarlo a los hijos.
“Las primeras fases del enamoramiento son muy lindas, muy llenas de luces, novedosas, pero eso no determina que la relación se vaya a mantenerâ€, advierte la especialista. En esa etapa inicial, mientras los dos aún se están conociendo, se puede compartir con los niños en calidad de amigos y no como una pareja oficial. ¿Pero cuándo comunicar sobre la nueva relación?
Navas considera que hay varios factores que deben cumplirse. Por ejemplo, que ambos gocen de total libertad y tengan clara su condición personal y legal. “No hay nada más complicado que cuando alguien sigue casado con otra persona y los hijos continúan viendo que todavía hay una relación muy estrecha entre la pareja que ya se ha separadoâ€, señala. “Lo más recomendable es mantener la nueva relación de forma discreta y ser prudentes hasta que todo esté organizado y en ordenâ€, sostiene. Luego, la expareja también debería conocer de la presencia de un nuevo interés romántico, así como la familia más cercana a los menores (abuelos, tíos) y respetar esta nueva relación.
¿Qué actividades puede organizar con su nueva pareja y sus hijos? La especialista sugiere comenzar con salidas casuales, espontáneas e inicialmente, solo como amigos para que puedan conocer a la nueva persona, superar tensiones e incluso llegar a construir una forma de camaradería, pero solo si los menores quieren frecuentarlo y compartir tiempo con él o ella. Recuerde, si sus hijos aún no se sienten cómodos, no debe forzarlos.
“A los niños pequeños no hay que presionarlos ni obligarlos’. Ni mucho menos que le digan papá a mi enamorado, ni nada por el estilo. Esas presiones excesivas, le generan mucha angustia en los niños y mucho más rechazoâ€, revela. “En el caso de los adolescentes, hay quizás más oportunidades para dialogar, de darles espacio para que ellos opinen. Muchas veces lo toman bien porque consideran que su papá o mamá estará acompañado, pero otras veces sí hay presencia de celos, y allí hay mucho por dialogar y por eso mismo las relaciones no tienen que ser tan a prisaâ€, subraya.
Hay que aclarar que nada será perfecto de la noche a la mañana, pero respetar el proceso personal de cada uno ayudará. Las salidas de tres, explica Navas, dan inicio a un sistema familiar y debe darse este paso cuando todos estén listos para comenzar a sumar experiencias positivas y que cada momento resulte agradable y natural para todos. Poco a poco también se irá aumentando el tiempo de convivencia. «Si la otra parte tiene sus hijos y quiere incluirlos, está muy bien. Que se perciba paz y armonía, que existe la voluntad de compartir».