El Universo
La Revista
Adolescente muy triste y otros temas

Tengo 17 años y mi vida me parece aburrida, además triste porque tengo malas calificaciones, especialmente en matemáticas. También soy una persona de mal carácter y eso me ha traí­do problemas con mi familia, pero más con mi mamá, que es quien más sufre por mí­. Además, soy tí­mido y me guardo las cosas y no las expreso a los demás; por ende, nunca he podido declarármele a ninguna chica. Estoy perdiendo la fe en mí­ mismo y no sé qué hacer, pues me gustarí­a acabar con este sufrimiento. Lo más lamentable es que me voy a graduar y creo que no valgo nada. Estoy muy desesperado.

J.F.
Guayaquil

Al leer su carta veo que es capaz de reconocer con mucha precisión lo que piensa y siente, esto es una fortaleza que pocos jóvenes de su edad poseen. A continuación le detallo:

1. Con relación al problema del rendimiento en matemáticas: Le comento que todos poseemos inteligencias múltiples que nos permiten ser muy diestros en ciertas áreas, tales como lenguaje, arte, relación con la naturaleza, idiomas, números, etcétera, y en otras no lo somos; podrí­a ser este su caso. Le sugiero buscar un refuerzo académico extra, que es común en el bachillerato, más aún cuando usted está por graduarse, ya que le permitirí­a mejorar sus calificaciones y nivelarse, siempre con el objetivo de resolver el problema.

2. Con relación a su timidez y dificultad para relacionarse con las chicas: Generalmente mientras más nos presionamos, más resistencia encontramos dentro de nosotros. Una buena alternativa serí­a cultivar amistades, masculinas y femeninas, crear el hábito de ser usted mismo, espontáneo, así­ podrí­a fluir más adelante una relación de pareja, pero sin autoexigirse.

3. Me indica que se siente en una vida aburrida y que no logra entenderse con su mamá: Podrí­a intentar un diálogo con ella. Les sugiero a ambos que sea bajo la consigna de no juzgar, comparar, amenazar, aconsejar, etcétera. Simplemente escucharse, seguramente ella está muy angustiada por su situación escolar y eso debe bloquearla. Ensayen un ejercicio de comunicación, práctica que suele ser muy interesante y fructí­fera. Le deseo suerte y recuerde que todos los dí­as tenemos una oportunidad para cambiar lo que nos incomoda.

Sonnia Navas Gafter,
Psicóloga clí­nica.
Telfs.: (09) 295-1231 / (04) 244-8058.

Hermano descuidado sus estudios

Tengo un problema con mi hermano. í‰l tiene 13 años y está en tercer año (noveno grado) de secundaria. Con mi familia montamos un centro de estudio en donde damos refuerzos académicos a chicos que tienen dificultades en las materias del colegio. En el negocio prestamos el servicio de internet, esto nos ha acarreado problemas con mi hermano ya que se la pasa jugando desde que llegamos después de almuerzo hasta cuando ya cerramos el establecimiento. En algunas ocasiones cuando no tiene clase se viene conmigo dizque a trabajar. Nosotros ya estamos desesperados con esta situación porque ya le hemos hablado de mil maneras y nada, cuando él está jugando se comporta de cuerpo presente pero de mente ausente. Este berraco juego no se puede borrar del equipo ya que es jugado en lí­nea. A mi hermano le va bien en el colegio, él está ocupando los primeros 10 lugares, pero no es suficiente ya que mi hermano es muy inteligente y puede ocupar el primer lugar. Bueno, doctora, esa es mi situación con él. Por favor necesito que me aconseje.

Gineth del Mar Criollo Rojas,
Villavicencio-Meta (Colombia)

Veo con mucho agrado la preocupación que tiene usted por su hermano, debe venir de una familia muy estructurada y feliz, esto ya es de gran ayuda para todos en su sistema familiar. Habrí­a que empezar por investigar los intereses del joven y si está teniendo facilidad para poder ejecutarlos, a veces la computadora o los videojuegos se convierten en una “compañí­a” agradable en vista de que los demás miembros están inmersos en sus actividades. Me dice que tiene un buen manejo de lo académico, aunque no tengo mayores detalles si esta “afición” le está restando comunicación, expresión de su afectividad, sociabilidad, etcétera, observe qué pasa en esas áreas. Esto es vital para poder delimitar si hay un “problema” o no. En todo caso si se nota que el tiempo que usa excede los lí­mites que usted considera prudentes, serí­a interesante que charle con él, escuche con atención, sin juzgar, aconsejar, criticar, “una escucha empática”, luego proponga actividades alternativas, busque participar de ellas y si fuera posible todos los miembros de la familia aunque sea los fines de semana. Hay que recalcar que el chico está enviando un mensaje y enhorabuena que ha sido escuchado. Buena suerte.

Sonnia Navas Gafter,
Psicóloga clí­nica.
Telfs.: (09) 295-1231 / (04) 244-8058.

Hija descontrolada

Tengo una hija de 15 años con quien mantengo una mala comunicación. Trato de acercarme a ella pero resulta imposible. No le gusta que la controle en sus estudios, ni con quién sale, ni quién la llama, y se encierra en su cuarto a llorar. Solo quiere hablar con su papá, aunque él nunca pasa en casa por el trabajo. Ha llegado a decirme que me quiere matar, aunque después ella reconoce que actúa mal. El papá no me ayuda, solo dice que le pegue. Estoy desesperada, necesito ayuda urgente.

N.N.,
Quevedo

Usted hace muy bien en reconocer que hay una “mala comunicación”. Sin embargo, creo que su hija está enviando un mensaje claro que es de desolación, inseguridad y suprema soledad, probablemente ella se sienta “desconfirmada”, que es cuando al intentar expresar nuestras inquietudes, emociones o sentimientos nos encontramos con personas que juzgan, critican y aconsejan, etcétera, en vez de escuchar, ejercer la escucha “activa” y “empática”, que es la capacidad de ponerse en el lugar del otro. Serí­a una herramienta eficaz para que usted pueda llegar a entenderse con su hija. Castigarla fí­sicamente, además de acrecentar su agresividad, las distancia mucho más; recomiendo no minimizar lo que ella expresa, ese descontento tan grave podrí­a llevarla a un cuadro de suicidio. No lo descuide, rompa esquemas familiares si es necesario, a veces las creencias nos atrapan en modelos que ya están en desuso, frases como “en mi época los jóvenes no eran así­â€, “el castigo fí­sico educa”, etcétera, probablemente no son competentes para el momento actual. La familia deberá entrar en un proceso terapéutico, ya que ella pertenece a un núcleo y como tal todos aportan con sus fortalezas y debilidades a la vida de la jovencita.

Sonia Navas Gafter,
psicóloga clí­nica.
Telf.: (04)244-8058 / (09) 295-1231

Enamorado la engañó

Tengo 20 años y mi enamorado 30. í‰l es divorciado sin hijos y nuestra relación tiene casi tres años. Hace tres semanas conversando con él me confesó que me traicionó por dos meses con otra persona. Siempre lo consideré el hombre ideal, pero me siento lastimada. í‰l me pidió tiempo para poner sus sentimientos en orden ya que desea continuar conmigo. Ahora me busca y me dice que no puede vivir sin mí­. Sin embargo, cuando le pregunto por qué lo hizo se queda callado y no quiere tocar el tema.

No le he contado nada a nadie ya que no quiero que hablen mal de él, porque lo amo muchí­simo. Quiero saber, ¿por qué me engañó?, ¿cómo recupero la confianza?, ¿debo seguir con él? y ¿cómo hago para olvidar este engaño sin que afecte mi relación?

Marjorie,
Guayaquil

Antes que nada debemos reconocerle a su novio la fortaleza de confesarle una falta como es la infidelidad y el deseo de poner «en orden» sus sentimientos. Esto es una muestra de sensibilidad y de autoestima, tanto para él como para usted.

Ahora es importante que observe que una relación de dos meses no es para nada una situación fugaz, por ende estamos hablando que se deben haber creado lazos y afectos y esto genera apego. ¿Cómo manejará él esto?, ¿qué lo llevó a acercarse a otra persona? Estas preguntas son de suma importancia para poder seguir adelante. Una relación de pareja se maneja entre dos, jamás hay un solo responsable, puede haber más participación de parte de uno que de otro, pero eso al final los involucra a los dos.

Sugiero que se tomen un tiempo para analizar la situación, observar sus sentimientos, proyectos y acciones, las relaciones se construyen a base de acuerdos, errores, aciertos, pero siempre recordando que se mantengan la dignidad y el respeto para cada una de las partes. No olvide que el amor es el sentimiento más libre que existe siempre y cuando sea auténtico.

Sonia Navas Gafter,
Psicóloga clí­nica.
Telfs.: (04) 244-8058 / 09-522-2742

Enamorado con VIH dejó a su novia

Hace meses conocí­ a un hombre excepcional. Nos unimos y me confesó que tení­a VIH/Sida, pero no me importó porque siempre me consideré fea. Todo fue lindo hasta que tuvimos deudas y eso lo poní­a mal. Me dijo que a pesar de quererme se habí­a cansado de mí­ porque era muy pegajosa, y que siempre me llevará en su corazón. La verdad es que yo era así­ porque sabí­a que algún dí­a la muerte nos iba a separar. Además, sin él no puedo vivir y me aterra la soledad. Le dije que no me dejara y que me diera una oportunidad para cambiar porque ambos nos necesitábamos, pero él me pidió tiempo para pensar.

N.N.,
Guayaquil

Para empezar hay que rescatar la honestidad que ha tenido su novio al confesarle que tiene VIH, ese es un valor y, por ende, una fortaleza. Sin embargo, noto que su autoestima está bastante débil desde el instante en que se nombra como fea. Debo indicarle que la belleza es muy relativa y depende siempre de los ojos que la miran, incluido que el ser humano es un compendio de personalidad, valores, espiritualidad, actitudes y fí­sico, entre otras. Para usted podrí­a haber sido este joven el depositario de sus inseguridades y quizás esa es la razón de actuar tan posesivamente. Le sugiero hacer un balance de las fortalezas y debilidades de la relación, incluyendo el riesgo que representa la enfermedad de él. Es importante que usted aprenda a respetar los sentimientos de su pareja, porque convencerlo de continuar no es la mejor opción. El tiempo compartido y los afectos entregados deberán ser la única ví­a de encuentro. Si eso no se da es mejor dejar la relación. Tenga en su contorno personas positivas y mire a su alrededor, siempre hay familiares y amigos dispuestos a compartir momentos agradables. También puede incursionar en la lectura, en el arte o emprender un nuevo proyecto de estudio o de trabajo, porque son ví­as muy acertadas para iniciar una nueva vida. Nada pasa al azar, probablemente usted necesitaba una experiencia así­.

Sonnia Navas Gafter
Psicóloga Clí­nica.
Telfs: (09) 522-2742/253-1733

Novio la humilla

Soy una chica de 19 años y estoy desesperada porque mi novio constantemente me trata mal, pues me humilla, pero dice amarme. A veces no como, ni duermo pensando en él. De paso me recuerda cuando mi padre se enojaba y me trataba mal. Soy hija de padres divorciados y cada vez que mi padre me maltrataba mi madre me decí­a que de todas manera era mi padre. Siento mucho rencor hacia ellos, es por eso que me aferré a mi novio para darle todo mi amor. Pero resultó que al principio me trataba bien y tuve relaciones demasiado temprano. He llegado a hacer locuras por él, pero simplemente ya no quiero seguir en lo mismo, tampoco quiero dejar de estudiar mi carrera universitaria. Necesito ayuda urgente para no volverme loca. No quiero depender de mi novio, ¿qué hago? Antes era muy alegre y ahora mi autoestima está disminuida.

N.N.,
Guayaquil

Realmente me alegro que se sienta desesperada ya que esto es indicador de que usted empieza a rechazar la dinámica que han establecido en la relación de pareja que mantiene. Vamos a darle varias miradas a la situación:

1) Usted menciona que el joven la humilla constantemente y que esto la ofende pero también le recuerda a su padre y a su familia. Esto es muy común ya que los seres humanos muchas veces tenemos tendencia a repetir “transgeneracionalmente” conductas de nuestra familia de origen, a ratos es un “ambiente” conocido y al ser “conocido” podrí­a tornarse hasta cómodo, sin embargo usted está empezando a reaccionar. Esto indica que busca “diferenciarse” del estilo de su familia.

2) í‰l dice “amarla” a pesar de las agresiones, pero realmente es muy fácil confundir el querer, el apego, con el amor. Es básico que sepa que el amor es “dar” y buscar el bienestar del otro, parecerí­a que están “involucrados” pero no “comprometidos”, por ende es fácil ofenderse y atacarse.

3) Me interesa mucho que usted conozca que si está sintiendo rencor hacia su familia es propio que busque llenar ese vací­o con algún “afecto”, aunque no sea el apropiado. Es importante sanar esto para que pueda sentirse más libre y armónica y por ende mejorarí­a sus relaciones en todos los ámbitos familiar, laboral, de pareja, etcétera.
La felicito por rechazar y no aceptar este tipo de “amor adictivo”, dedí­quese a su crecimiento personal, lea, acérquese a personas positivas, cultive la vida espiritual. Preste atención y busque ayuda profesional y verá cómo proyecta mejor su vida.

Sonnia Navas Gafter
Psicóloga clí­nica.
Teléfonos: (04) 244-8058, (09) 295-1231