Sonnia Navas Gafter

25 de noviembre, 2023 – 10h00

La manipulación es, en muchos casos, una conducta aprendida desde temprano, en la familia. Foto: Shutterstock

La familia es un núcleo fundamental en la formación de la personalidad y el desarrollo emocional de sus miembros. Sin embargo, en algunos casos se puede dar lugar a la manipulación afectiva, un fenómeno perjudicial que puede tener repercusiones a largo plazo en la salud mental y emocional de los individuos afectados. En este artículo, exploraremos las causas y consecuencias de la manipulación afectiva en la familia, así como estrategias para prevenir y abordar esta situación. Entre las causas:

Modelos parentales: Los patrones de comportamiento aprendidos en la infancia tienden a repetirse en la vida adulta. Si un individuo ha experimentado manipulación afectiva en su propia familia, es probable que repita ese comportamiento en su propio hogar.

Falta de comunicación: La comunicación deficiente puede dar lugar a malentendidos y resentimientos. Cuando los miembros de la familia no se expresan abierta y honestamente, puede surgir la manipulación como una forma de controlar la situación.

Inseguridades personales: Las personas que experimentan inseguridades personales pueden recurrir a tácticas manipuladoras para sentirse más poderosas y controlar su entorno familiar.

Falta de empatía: La incapacidad para entender y compartir los sentimientos de los demás puede llevar a comportamientos manipuladores. La falta de empatía puede originarse en experiencias previas o en la falta de desarrollo emocional.

Las consecuencias:

Deterioro de las relaciones familiares: La manipulación afectiva crea tensiones y conflictos en las relaciones familiares, debilitando los lazos afectivos y generando un ambiente poco saludable.

Impacto en la salud mental: Las víctimas de manipulación afectiva pueden experimentar ansiedad, depresión y baja autoestima. Estos efectos pueden perdurar a lo largo de la vida, afectando las relaciones interpersonales y la calidad de vida.

Ciclo de repetición: Los niños que crecen en un entorno de manipulación afectiva pueden repetir estos patrones en sus propias relaciones familiares, perpetuando el ciclo de manera generacional.

RECOMENDACIONES:

Fomentar la resolución de conflictos: Enseñar a la familia a abordar los conflictos de manera constructiva, promoviendo el diálogo en lugar de recurrir a tácticas manipuladoras para controlar la situación. Introducir técnicas de resolución de conflictos que permitan a los miembros expresar sus preocupaciones y encontrar soluciones mutuamente beneficiosas.

Expresar la comunicación abierta: Generar un ambiente donde todos los miembros de la familia se sientan cómodos expresando sus pensamientos y emociones.

Promover la empatía: Fomentar la comprensión emocional entre los miembros de la familia. Esto implica enseñar a ponerse en el lugar del otro y comprender sus sentimientos. Modelar comportamientos empáticos para que los niños y jóvenes aprendan a relacionarse de manera positiva con los demás.

En resumen, la prevención de la manipulación afectiva en la familia se basa en la construcción de relaciones saludables, la comunicación abierta y el fomento de habilidades emocionales y sociales positivas. La atención temprana a estos aspectos puede contribuir significativamente a un entorno familiar más equilibrado y afectivamente saludable. (O)